Es difícil saber qué tengo qué hacer y qué no cuando le tengo delante. Verle me tranquiliza, hablarle me calma, sonreirle me alegra. Tenerlo delante y no saber qué hacer por miedo. Ha llegado un punto en la vida en que sé perfectamente que tengo que lanzarme a la piscina , pero soy una cobarde y no sé qué hacer. Lo más seguro es que no llegue más allá de una amistad pero bueno, a veces sueñas, y soñar es gratis.
Ven, mírame, sonreíme...
Ven, mírame, sonreíme...
Irina somriu tímidament.
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