Que llueva mientras paseas no significa que él esté en cada gota.
Que haga Sol no quiere decir que él ilumine tu camino.
Que no puedas estudiar porque él está en tu cabeza no te garantiza que a él le pase lo mismo.
Por esa razón míra a aquél príncipe oscuro y dile:
"¿Oye te apetece ir a hacer un café?"
Si le importas mínimamente te dirá que Sí sin pensárselo.
Dos días más tarde el azúcar caía sobre la espuma y el café amargo pasó a ser dulce.
Irina Pasado Presente y Futuro... difícil elección.
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