Dame aquella a ver qué pasa...

Costó días y noches, conversaciones, cafés y cigarrillos en una terraza poder darse cuenta de que uno vale lo que quiere valer. Las cosas igual que las personas no tienen valor por el simple hecho de existir sino porque las personas les damos ese valor. Y sucede que cuando más triste te sientes más te desvaloras y es todo lo contrario a lo que debes hacer. Que el mundo va con rumbo distinto al que tu creías, coge el timón y cámbialo. Que las personas no se dirigen a ti, ¿te aportan algo? decide que hacer con esas relaciones interpersonales. Y así con todo lo que te rodea, ser tu mismo, no es malo, pero si los de alrededor también te importan vigila. Simplemente prueba con otra llave a ver qué pasa.

Ayer por la noche, eran las 3 de la madrugada y como siempre vino sin avisar y me dijo susurrándome al oído: “Dame una tirita para tapar esa pequeña cicatriz, que no me gusta que se vea. Esa herida me ha dejado una marca que a veces prefiero no mirar y otras la veo preciosa. Está llena de momentos mágicos que jamás podré olvidar, era una niña en cuerpo de chica mayor, era como estar con Peter Pan en el mundo de Peter Pan, dónde el color lo elegías tu.. Pero ahora ya no tengo esa edad y no me gusta que se vean las marcas de guerra. Pero ahora que lo pienso… quizá es mejor dejarla al aire que todo el mundo vea que tuve mis momentos mágicos y que el recuerdo permanecerá en esa pequeña cicatriz.”

"La inspiración viene cuando quiere, sin avisar, sin llamar al timbre, colándose en un sueño profundo dónde la realidad enmascarada sigue su curso. No me importa que vengas a despertarme o a saludarme, pero lo único que te pido es que me digas la verdad."