A veces las mujeres decimos una cosa y en realidad sentimos otra. Decimos "no me tires al agua" cuando nos morimos de ganas de que nos cojan y nos tiren. Decimos "no quiero helado" cuando lo único que queremos es que nos den un poco con su cuchara. Decimos "que pesado eres" cuando no queremos que se separen de nosotras. Decimos "ya note hablo más" cuando deseamos estar horas hablando con esa persona. Decimos "te odio" cuando en realidad estamos gritando un te quiero.
Pero eso sólo ocurre cuando realmente sientes amor por la otra persona, cuando te gusta un mínimo, cuando no puedes dejar de pensar en ella, querer hablar en cada momento, no decirle de quedar para que surja solo, esperar los días que haga falta para que sea mágico. En realidad, sólo dices lo contrario a lo que sientes dos veces en tu vida, cuando mientes y cuando te estás enamorando o ya estás en ese estado de locura mental.
A mi, no me ocurre así, es totalmente lo contrario. Podría decir que es una pena mirarte a los ojos y decirte te odio... pero no lo siento así. Tengo claro que no voy a reprimir lo que siento y no voy decir ni hacer nada que vaya en contra de lo que siento.
Llegará un momento en mi vida que esa rabia y ese odio se convertirá en indiferencia y seguramente es lo mejor que me puede pasar. Pero hasta el momento tiene que pasar el tiempo.
Y por último... quizá me lo debería pensar un poco más, pero estoy cansada de pensar tanto, así que me despido de ti, que seas feliz y no me recuerdes como algo malo, sino como algo que hiciste crecer.
Photo: Hidden Bubble with her secret smile.
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