sábado, 28 de abril de 2012

La niña bonita.


Hacía años que no pisaba esas calles, respiraba ese aire y la nostalgia se hacía cada vez más fuerte. Tiendas, alguna que otra cafetería, un parque, niños, adolescentes, padres y abuelos inundaban las calles. 
Entre pases de pelota, cáscaras de pipas, latas vacías y alguna que otra chaqueta de los más frioleros, los jóvenes se saludan, preguntan, ríen, comparan, bromean, desconectan...


Allí, una chica y un chico, se miran, charlan, sentados el uno al lado del otro, sonrisas tímidas, nervios... Ella deja de hablar, de mirarle, para centrarse en el móvil, un minuto, dos, tres... Él se levanta, se lo quita. Se enfada, se miran, rabia, las facciones se relajan, aparece un poquito de color en ambas mejillas, se sonríen, se levanta... se besan, se cierran los ojos, se para el tiempo, sólo ellos dos.

No hace falta nada más que un beso, una sonrisa... para que se pare el tiempo. 



"Ni toda la vida, ni toda la agua del mar podrá apagar todo el amor que me enseñaste tu a sentir."


Gracias por brindarme la oportunidad de cerrar los ojos y saber que eso existe. Por mucho que me lo niegue nunca dejaré de creer en ello. 



Simplemente Hidden Bubble. 





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