miércoles, 28 de julio de 2010

No me quejo.


A veces voy por la calle y tengo miedo. No lo niego, aún no lo he superado. No me importa pero me da respesto. Aquello marcó mi vida y fue una mala, muy mala experiencia. Pero estuviste allí para calmarme, ¿no es así?


A veces voy por la calle y escucho a alguien que dice "¡aii qué bonita!" No me importa escucharlo, incluso me gusta, me trae grandes recuerdos a la cabeza. Aquello marcó mi vida y fue una experiencia inolvidable. Estuviste allí, ¿no es así?


A veces estoy en casa preparándome para salir y veo un colgante en forma de corazón de color rojo, o una camiseta divertida de Garfield, o un osito de peluche, o un álbum de fotos lleno de dos niños en edad de crecimiento, o una foto de los 18, o alguna que otra prenda no apta para menores, o una simple goma que hace la función de un anillo.


Formas parte de mi corazón, te llevo cada día cuando me visto, te cojo algunas noches para poder dormir tranquila, te observo y me río de lo pequeño que eras y la gran persona en la que te estás convirtiendo, te veo cada día cuando seco la pulsera que llevo en mi muñeca, te llevo cada día que me miro las manos para coger alguna cosa. Formas parte de mí, no se puede negar.


A veces pienso qué hubiera pasado si aquél día te hubiera dejado marchar, si te hubiera dejado desaparecer, si hubiera dejado que te fueras de mi vida... y ¿sabes cuál es la conclusión? que me hubiera cagado en mí, hubiera cogido la puerta, bajado la escalera, abierto la puerta del portal, correr por la calle, picarte, perdirte que bajaras, darte un abrazo y decirte no te vayas.


Momentos malos y buenos, pésimos e inolvidables, momentos en dos vidas paralelas.
Ha llegado un punto en que digamos lo que digamos lo aceptamos, la verdad duele pero si te lo dice tu conciencia viviente te lo tendrás que creer y hacerle caso, ¿no?




No me quejo, pero no te diré lo que quieres oir.




Irina is Singing.

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