Entonces la describió, sin más, tal y cómo la veía, tal y cómo la sentía, tal y cómo era, nadie conocía tan a la perfección a aquella niña de porcelana con aroma de melocotón. Con tan sólo mirarla podía saber que pasaba alguna cosa o no, ella por mucho que quisiera mentirle no podía porque lo descubriría tarde o temprano. Bajo el sol de la tarde, sentados en el césped preguntó y ella respondió... tímidas lágrimas rozaban la suave piel de porcelana. La niña es frágil pero fuerte al estar cerca de él. Es de las pocas personas que le brindan fortaleza cuando la necesita. Una mirada, un abrazo, un "venga no llores, vamos al agua", son pequeños detalles que él cree que ella nunca valora y que en realidad son los que más guarda en su pequeño corazón. Y para que él supiera lo mucho que había hecho por ella con tan poca cosa, la niña se acercó, abrió los brazos, sonrió tímidamente, le abrazó, le dió un beso y le susurró "te quiero", la sonrisa apareció en el rostro de aquél pequeño albaricoque.
Se puede decir de muchas formas, con muchas palabras, pero lo más fácil, sencillo y sincero es decir "te quiero".
Hidden bubble with a secret _ _ _ _ _ .
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