Y el universo, el destino, la fuerza superior que domina el mundo de los mortales me ha puesto delante de mis ojos una realidad... que una persona pueda entenderte sin que tu tengas que articular palabra alguna.
Sin palabras hablo y con la mirada me entiende, con un abrazo me comprende y con una sonrisa me hace feliz.
No es por nada, pero es la excepción de la regla.
Creer en el universo, creer en las sonrisas, creer en los verdaderos amigos.
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