"Después de tanto tiempo me doy cuenta de que aún persiste en mi mente, aún sigue dándome ostias, regalándome sonrisas, siendo él y no uno cualquiera, siendo él y no otro más. Aún sabiendo lo que hay sigo engañándome, sigo pensando que algún sonreiré junto a él y no serán dos sino una la que observe el mundo. Sigo siendo la misma idiota o la simple ilusa. Pero algo sí es real, cuando el cielo está gris, él lo convierte en azul celeste, cuando la herida no se cura, él ayuda a cicatrizarla, cuando el plan ha sido descubierto, él crea otro mejor aún, cuando el aire no sopla las velas, él llama al viento para que el barco siga su curso, cuanto más me enfado, más le gusta que sonría... y así podría estarme horas y horas... escribiendo sobre el capitán del velero de mi mente."
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- ¡Capitán! La princesa llora sin cesar.
- ¿Qué le ocurre?
- Sólo quiere hablar con usted Capitán.
- Vamos a ver qué le pasa a la bella damisela.
-¿Qué os ocurre pequeña y dulce princesa?
- Que el capitán a quién amo no quiere saber nada de mi.
- ¿Está segura de que es eso cierto?
- Tan segura como que este mar es azul.
- Yo si fuera usted no pensaría eso.
- ¿Por qué dice eso Capitán?
- Porque la amo tanto que sería capaz de hacer cualquier cosa por usted.
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