Intenté resolver ese problema que me planteó. Me creí inútil por no poder hacerlo. Pero no me rendí en ningún momento. Esperaba a que yo le diera la respuesta. Que le dijera el resultado. Las palabras mágicas. Pero no podía ser tan sencillo hacerlo. Había pasado muchas horas pensando. Muchas horas creyendo que no podría resolverlo. Pasaron los días y el se fue olvidando de todo. Del problema. De cualquier cosa que le hiciera pensar. Sólo prestaba atención y pensaba aquello esencial. Vivía cada día como si fuera el último. Yo resolví el problema. Cambiando mi chip completamente sin olvidarme de quién era. Se lo enseñé. No me dijo nada. Me miró. Sonrió. Y me dio un abrazo. Pero algo susurró. "Esa es mi niña" si mal no creo recordar. Algo diferente. Puede que sea difícil pero... ¿por qué no intentarlo?
"Crear tu propia forma de mirar, respirar, tocar, sentir, amar... crear tu forma de ser es lo que te hace único."
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