Ahora los colores aparecen, sin ton ni son, colándose por todas las esquinas. Se dejan en casa bufandas, jerseis, y prendas de lana creadas en el norte. Las piernas se descubren poco a poco, llamando al Sol para que les brinde un poco de color y lo mismo sucede en la parte superior del cuerpo. Recogidos de pelo, como una coleta de caballo o unas simples trencitas con algunas orquillas. Cambiamos un poquito nuestro exterior, manteniendo el interior. Que algunos no soportan y otros no pueden vivir sin él. Sí... tras tiempo de meditación sabes que sin esa parte de esa persona no eres nada. Tienes algo que conecta con su interior, que provoca un rodaje perfecto y que si no está cerca, no funciona. No todo el mundo tiene la oportunidad de ver despertar, ver dormir, escuchar la respiración, sentir el calor, el bienestar... No todo el mundo puede ver el crecimiento de otra persona.
"Es como un pequeño lirón en un mundo de seres humanos."
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