Algo abstracto e increíblemente mágico.
Dónde las nubes eran de azúcar.
El viento arrastraba aromas frescos.
Dónde la música estaba en su justo volumen.
Y lo vi.
No pude evitar la sensación que no puedo describir.
Mi delito fue mágico, perfecto y no me arrepiento.
Y hubo juicio dónde aún no sé si perdí o ambas partes llegaron a un acuerdo.
Lo que sí sé es que nadie me impuso una pena.
Sólo me hicieron aprender.
Y volvería a delinquir.
Mi mayor delito... tengo derecho a permanecer en silencio.
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