miércoles, 13 de julio de 2011

Ciego



La vida ha dado tal giro que ya no ve sus propios actos. No tiene respeto respecto a. No sabe qué es escuchar porque ya no tiene oídos. No sabe ver los colores de las formas que le rodean porque ya no tiene ojos. No tiene nada que decir porque ni mira, ni escucha nada de su alrededor. Sumergido en sus propias palabras intercambiables. Aparece en una vida y desaparece en otra. ¿Pueden las vidas ser intercambiables? No, pero si son cambiables, por lo tanto... lo que ayer fue no es lo que es hoy y lo que es hoy no lo será mañana.




"Ciego que no ve, corazón que pierde."

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