Después de meses y meses sin preocuparme por ese sentimiento aletargado en mi pequeño corazón, ayer volvió a la carga y brotó sin más. Produjo en mí una sensación de pérdida, encontrarme en un mundo desconocido y familiar a la vez. Hacía meses que no sentía aquello y ayer me derrumbó. Él me dijo que fuera fuerte y tenaz pero mi pequeño cuerpo no aguantó la marejada que se desencadenó de mi más interior océano. Hablarlo pudo ser un error o un acierto, eso sólo lo sabe el destino. Yo lucharé, pero no puedo sola. Te lo puedo decir más alto pero no más claro, me importas, te quiero, y ese sentimiento no puedo cambiarlo, y por ello no quiero que pases de lo que eres o eras a la nada. Por eso, ayer me abrí a ti, te mostré mis sentimientos... y aquellas lágrimas de pérdida, distancia, indiferencia, importancia, cariño... sentimientos opuestos en una misma.
Vales mucho, siempre has estado allí, siempre estarás, eres de lo mejor que he conocido, no quiero perderte.
N.
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