sábado, 8 de mayo de 2010

El diario de una chica blanca... (IV)


Entonces mirándose al espejo le vió, nervios, sudor, frío, recorrieron su cuerpo, se giró bruscamente para enfrentarse a la realidad ausente. La imaginación le había jugado una mala pasada, sólo quería no volver a verle, no volver a soñar, borrarle de su vida, quería que ese mal nacido no volviera a aparecer en su corta vida. Miraba alrededor y nada sucedía. Estaba en casa, a salvo, no tenía por qué preocuparse.
Desayunó y fue a pasear por el pequeño parque, al lado de la plaza mayor. Escuchó la conversación de dos pequeños adolescentes, sólo dos palabras se le quedaron grabadas. Llegó a casa corriendo, olía a macarrones a la carbonara.

-"¡Qué pronto llegas!"
-" Te quiero..."

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