domingo, 14 de marzo de 2010

2 individuos

Me siento a mirar las nuves del cielo pensando que algún día se desvanecerán y desaparecerán para dejar lugar al sol resplandeciente del universo. Respiro profundamente esperando a que el aire puro que roza mi rostro me llene de fuerza y vitalidad. Bajo la vista para mirar el mar que llena de sal las pequeñas rocas de la costa. Sin mirar hacia atrás sigo la calle repleta de gente estresada porque es domingo y hay que comprar el pan, el postre... Dos niños se cruzan y se sacan la lengua como símbolo de yo soy mejor que tú. Me río recordando que yo también lo hice cuando era pequeña. Por fin llego al paseo, todo lleno de parejas mirando al horizonte sin decir nada y dciéndolo todo. Bajo las escaleras y siento como la fina arena se entrelaza entre mis dedos. Dejo unas pequeñas huellas tras mis pasos y miro hacia un punto indefinido de la playa. Te siento cerca porque sé que estás ahí pero no consigo verte. Vueltas y vueltas sobre mi eje corporal, la mirada perdida sin saber ya donde buscar. De repente el recuerdo aparece en mi mente que me dice te equivocas de lugar, mira hacia arriba. Allí, entre árboles, sentado mirando hacia lo lejos, estabas tú. Me equivocaba, esperaba encontrarte entre agua y tierra y resulta ser que te encuentro entre sol y sombra en las alturas del acantiado. Dos mundo distintos unidos con tan sólo una nota. Quizá seas el polo opuesto o quizá seas la nota aguda de la melodía, o quizá sólo seas la persona que me mira y hace que me ría como una niña pequeña cuando le dan un caramelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario